Reflexiones sobre la situación libanesa

14 de agosto, 2020 – por Rocco Rossetti

Tras los últimos acontecimientos en el Líbano, es decir, la explosión en el puerto de Beirut y las manifestaciones populares contra el régimen que la han seguido, me gustaría reflexionar y detenerme sobre algunos aspectos. Por un lado, el significado del fracaso del modelo de régimen estatal libanés, y por el otro el complejo reto y las contradicciones que caracterizan las esperanzas y las iniciativas populares. Para referirnos a algunas categorías que solemos emplear, podemos decir que la decadencia de los aparatos estatales se manifiesta de una manera muy significativa, pero que la emersión humana, combinándose con las emergencias (sanitaria y social, además de las tragedias de distinta índole) suponen desafíos complejos para sus protagonistas.

¿Qué nos dicen los acontecimientos de Beirut? Una tremenda tragedia debida a una negligencia criminal se convierte en el símbolo del fracaso del Estado libanés. Negligencia criminal como mínimo porque, considerando el contexto y los actores implicados, no se puede descartar la combinación entre la oportunidad ofrecida por un barco-bomba y una intención terrorista. La sombra del fracaso estatal libanés se extiende más allá del país. Se trata de un factor de desestabilización regional y supone además el fracaso de un modelo. Un modelo que se experimentó después de la guerra civil que asoló el país entre 1975 y 1990. Fue un escenario bélico que no implicó solamente a las comunidades étnico religiosas residentes históricamente en el Líbano, como la cristiano maronita, las musulmanas suní y chií y la drusa, sino también a los refugiados palestinos y a las facciones de la OLP y a las potencias vecinas como Israel y Siria. En el Líbano tuvieron lugar acontecimientos clave de la historia de Oriente Medio: el asedio al campo de refugiados palestino de Tal el Zaatar en 1977 con la posterior expulsión de la dirección de la OLP del Líbano hacia Tunez; la masacre del campo refugiados de Sabra y Chatila en 1982 por parte las milicias cristianas de la Falange libanesa y del ejército israelí; los enfrentamientos entre las tropas sionistas y Hezbollah y la retirada de las primeras del país; la más reciente retirada de las tropas sirias. El régimen que surge en 1990 supone la concentración y la subdivisión del poder político por parte de las fuerzas políticas militares de las diferentes comunidades. Una subdivisión que en la realidad actual prevé un Presidente cristiano, un Primer Ministro musulmán suní y un Presidente del Parlamento musulmán chií. A la vez, un Estado que no tiene el “monopolio de la violencia”, o más bien lo tiene “repartido” según las fuerzas que lo componen, por lo cual, además del ejército existen milicias, sobre todo en el caso de Hezbollah. “Libanización” se convierte así en una fórmula de “paz” estatal, o de estado de guerra contenida, basada en el reparto territorial del poder entre comunidades político-militares con base étnica confesional. No es casual que se haya hablado de modelo libanés de cara a Siria.

Como en otros casos, el modelo no resiste al tiempo y entonces a la memoria de su “eficacia”. Los jóvenes de 15 a 29 años no han conocido la guerra civil y sufren, según datos oficiales, una tasa de paro del 66%. Con la libra libanesa en caída libre, la inflación al 60% y una deuda pública del 170% del PIB, la economía libanesa se asoma al abismo. El reparto del poder según las fuerzas políticas comunitario-confesionales supone un sistema clientelista de la administración estatal, denunciada como “wasta” (enchufe). Muchísimos jóvenes, decenas de miles al año, emigran. No es casual, y es muy esperanzador, que es justamente en la juventud donde más evidente se hace el rechazo a las reglas sectarias del funcionamiento político, si bien las movilizaciones de octubre de 2019 no hayan abierto aun una dinámica intercomunitaria.

El fracaso de este modelo está llevando a una implosión del Estado, pero es un proceso que puede prolongarse, máxime con la intervención internacional, como la promovida por el presidente francés Macron.

Las preocupaciones hacia la realidad libanesa son evidentes y motivadas. Su desestabilización se da en un contexto regional extremadamente precario. El Líbano es además el territorio con más refugiados, de distinta procedencia, en relación a la población, por así decirlo, autóctona.

Las movilizaciones de denuncia después de la explosión en el puerto de Beirut están animadas por una esperanza de cambio. Las seguimos con solidaridad e interés, y justamente por esto, las miramos no de manera acrítica. Damos un paso atrás. También las movilizaciones iniciadas el 17 de octubre de 2019 evidenciaron valor y límites. Se insertaban en la ola contemporánea de cuestionamiento del orden político dominante, como en Iraq y, a escala menor, en Irán, mientras continuaban procesos indudablemente más consistentes y profundos en Sudán y Argelia.

Por lo tanto, procesos con elementos comunes pero también, como no podía ser de otra manera, no sólo con diferencias y especificidades sino también con niveles de conciencia y de intensidad distintos. Los protagonistas de estos procesos de protestas hacia los regímenes dominantes suelen definir sus movimientos como “revoluciones”. Con este término pretenden transmitir su hartazgo al poder político existente y sobretodo sus esperanzas de cambio. Sin embargo, esto no basta a cualificar una revolución. Nosotros hemos definido como revoluciones a los procesos humanos como los de 2011 en Egipto y Siria porque, además de un rechazo profundo hacia los regímenes opresores, sus protagonistas expresaban claramente exigencias éticas alternativas y formas independientes de organización de la comunión humana revolucionaria y, en parte, de la vida de las comunidades, como el ágora revolucionario de Plaza Tahrir o los Comités Locales de Coordinación en Siria. Nada parecido se ha dado en los movimientos de 2018 y 2019. Esta es una consideración que, antes que crítica hacia estos procesos, pretende destacar el enorme valor que, a distancia del tiempo, debemos reconocer a las “revoluciones de la gente común” de 2011. Pero además, incluso en algunos de los procesos más recientes, como el Hirak argelino y el movimiento sudanés, nos hemos encontrado con una amplitud, una determinación y una paciencia, además de una significativa y admirable actitud pacífica, seguramente muy superiores a las protestas libanesas. La Towra de octubre fue, en todo caso, una experiencia nueva e importante que, esperemos, pueda inspirar la reflexión en estos días. Reconocer los límites de la emersión humana en esta época supone comprender los enormes obstáculos, materiales, culturales y concienciales, con los que se encuentran las exigencias humanas de afirmar y mejorar la vida. Máxime en un momento en el cual se concentran, como sabemos, emergencias materiales, sociales y sanitarias de vario tipo.

Desde este punto de vista da la impresión, por las noticias que han llegado, que las manifestaciones libanesas hayan movilizado sobre todo a la comunidad cristiana, que ha sido además la más golpeada por la tragedia. La cuestión de las comunidades, el respeto y la confianza recíproca junto a una perspectiva de convivencia benéfica es evidentemente una cuestión clave, además de histórica. También en este caso, el mensaje inicial de la revolución siria es un ejemplo inspirador. En este sentido, si la denuncia a la corrupción del régimen basado en el reparto político abriera paso a una idea de superación de la división político militar entre las comunidades étnico culturales libanesas nos encontraríamos ante una importantísima novedad. Por el momento, las esperanzas parecen concentrarse en un plano electoral. El sistema político libanés, como se sabe, está repartido según los cargos. Y el gobierno concentra a todos los partidos. Por tanto, no hay acuerdo en el gobierno sobre una convocatoria electoral. Como no la hubo después del movimiento que la pedía en octubre. A este respecto, Hezbollah está en contra. Las declaraciones del primer ministro Diab y las dimisiones de varios ministros tienen el objetivo de superar este desacuerdo y forzar elecciones anticipadas. Sin embargo, incluso en caso de convocatoria, se abriría un fuerte debate sobre la ley electoral porque, con la actual, se reproducirían los mismos equilibrios actuales. Un cambio de la ley electoral, y una consecuente reducción del peso de los partidos tradicionales cristiano y sobre todo de Hezbollah, es lo que piden muchos manifestantes y es también el objetivo del presidente francés Macron y de las presiones que intentaba ejercer la tele Conferencia Internacional hace unos días.

Seguiremos por tanto los acontecimientos libaneses con atención, mientras el foco ya se desplaza hacia el reciente acuerdo entre el gobierno de Israel y los Emiratos Árabes Unidos que, mientras suaviza de momento los planes sionistas de anexión de Cisjordania, supone nuevos peligros para el pueblo palestino.

Movilizaciones en Líbano

– Rocco Rossetti (publicado en socialismolibertario.org)

La población libanesa vive bajo la conmoción de la tragedia que ha golpeado Beirut y de la negligencia criminal de las autoridades políticas que la ha provocado. La explosión del barco con 2.750 toneladas de nitrato de amonio, parado en el puerto durante 6 años, ha causado hasta ahora 158 muertos, más de 6.000 heridos, con cientos de miles de personas que han perdido sus casas. La solidaridad popular en las ayudas a las personas golpeadas se ha combinado con la indignación popular que ha inundado las calles de Beirut. Ayer, sábado 8 de agosto, se han registrado grandes movilizaciones.

La memoria va hacia el 14 de marzo de 2005, cuando las movilizaciones provocaron la salida de las tropas de ocupación sirias después del asesinato del antiguo primer ministro Rafiq Hariri. Y también al 17 de octubre de 2019, el día de inicio de la Thawra, la “revolución”, la movilización de masas que unió a mujeres y hombres de todas las comunidades étnico culturales libanesas justamente contra un régimen corrupto formado por los partidos de las diferentes comunidades y confesiones religiosas que históricamente se reparten el poder en el país.

Las manifestaciones de ayer han expresado un profundo y justificado hartazgo popular, con el cual nos solidarizamos, y que recuerda algunos aspectos de desconfianza hacia el poder político que hemos visto en otros ejemplos de la región.
Sin embargo en las protestas se han manifestado también contradicciones e ilusiones políticas. Cientos de personas han ocupado el Ministerio de Exterior, colgando dos grandes pancartas. Una decía «Beirut ciudad sin armas», en una evidente denuncia de Hezbolá, la otra «Beirut capital de la revolución». Miles de personas, concentradas en otras zonas de la ciudad, repetían en cambio las consignas de octubre de 2019.

En la Plaza de los Mártires, bajo un enorme cartel que anunciaba «el Día del Juicio» se han montado unas horcas de las que colgaban las siluetas de todos los líderes políticos del país. Se han lanzado consignas de denuncia como «Mi gobierno ha matado a mi pueblo» o «Erais unos corruptos, os habéis convertido en unos asesinos».

Los manifestantes han sufrido la represión policial pero han recibido también la solidaridad de los bomberos que se han negado a dispersarlos con mangueras. Sin embargo, en las protestas también se han asomado tentaciones violentistas.

Por otro lado, la radicalidad simbólica de la movilización convive con cierta confusión de cara a los objetivos y a los medios para alcanzarlos. La protesta carece de momento de organismos o instancias independientes y por tanto de una definición de perspectivas autónomas. Se denuncia al régimen pero se piden elecciones, propuesta relanzada por el primer ministro Diab, en las que participarían, evidentemente, las mismas fuerzas políticas de siempre. Y se manifiesta también cierta esperanza de que la solución pueda proceder de la intervención de las potencias políticas occidentales. De hecho, Emmanuel Macron ha viajado precipitadamente a Beirut y ha organizado para hoy una teleconferencia internacional de apoyo al Líbano, bajo el patrocinio de la ONU,
en la que participarán, entre otros, también los mandatarios de Alemania, Reino Unido, EEUU, Rusia, China, Egipto, Jordania.

A las potencias internacionales les importa poco el destino de las poblaciones y comunidades libanesas. Su intervención está dirigida a evitar la definitiva implosión del Estado libanés, cuyo derrumbe tendría consecuencias imprevisibles en los equilibrios regionales.

Manifestaciones en Siria

12 junio, 2020 – Lorenzo Picasso (publicado en socialismolibertario.org)

Entre el 7 y 8 de junio se han producido manifestaciones protagonizadas por centenares de personas en distintas localidades en Siria. En Sueida, una región situada en el suroeste del país y de mayoría drusa, un grupo de manifestantes llegó a desfilar delante del ayuntamiento gritando consignas contra el régimen y sus aliados Rusia e Irán, también mostrando su solidaridad con la gente de Deraa que está siendo sometida a un cordón de seguridad. “El pueblo quiere la caída del régimen” y “Revolución, libertad y justicia social” fueron algunos de los lemas coreados. En la misma Deraa otra manifestación había expresado contenidos parecidos evidenciando además con fuerza el malestar que vive la gente por el empeoramiento creciente de las condiciones de vida. La devaluación de la moneda siria y el cierre de muchos de los canales que permitían las remesas del dinero desde el extranjero están estrangulando la población civil ya sometida a años de represión y violencia que se suman a la tradicional corrupción del régimen. El acceso a alimentos básicos o al combustible por no hablar de los medicamentos se están convirtiendo en algo cada vez más complicado de alcanzar para la mayoría de los sirios. En este contexto resulta aún más impactante el coraje de quien ha elegido no callarse volviendo a sacar muchas de las consignas del revolución del 2011.

Solidaridad con Black Lives Matter: “En Siria hace mucho que no podemos respirar”

6 junio, 2020 – Leila Nachawati Rego (publicado en publico.es)

Los artistas sirios Aziz Asmar y Anis Hamdoun terminan un mural que representa a George Floyd, el afroamericano desarmado que murió mientras era arrestado por un oficial de policía de Minneapolis, en la ciudad de Binnish en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.AFP/OMAR HAJ KADOUR

“No puedo respirar”, se lee en el mural desplegado sobre un pequeño trozo de pared de lo que un día fue un edificio. Dos hombres acuclillados dan los últimos retoques a su creación: un grafiti que representa a George Floyd, el hombre afroamericano asfixiado por cuatro policías en Mineápolis el 25 de mayo. “No al racismo”, se lee también junto al dibujo en colores pastel. A su alrededor, cascotes, un par de casetas de cemento y brotes de maleza entre las piedras de un barrio destruido.

Los artistas son Aziz Asmar y Anas Hamdoun, del pueblo de Binnish, en la provincia siria de Idlib, una de las más castigadas por bombardeos de la aviación del régimen sirio y su aliado ruso en los últimos años. Tras recibir la noticia de la muerte de Floyd, ambos se pusieron manos a la obra y en unas horas crearon su propio homenaje.

“Nuestro mural envía un doble mensaje”, cuenta Aziz Asmar en entrevista telefónica. “Estamos en contra del racismo allá donde se dé, sobre todo si proviene de las instituciones y de quienes tienen la responsabilidad de proteger a la gente. Nos solidarizamos con quienes lo sufren porque la lucha contra el racismo es una causa humana, universal, que nos afecta a todos. Al mismo tiempo queremos llamar la atención a la asfixia que sufrimos en Siria. Aquí hace mucho que no podemos respirar”.

“La asfixia es literal”, señala Asmar, remitiendo al uso de armas químicas, perpetrado según la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas por el régimen sirio contra población civil. “El pueblo sirio lleva décadas sufriendo frente a la indiferencia del mundo, mientras los criminales siguen en el poder”, añade

La dimensión global de las protestas

El despliegue de solidaridad no es nuevo. Desde los inicios del levantamiento popular en marzo de 2011, diferentes manifestaciones artísticas y creativas han incidido en la dimensión internacional, global y humana de la lucha contra la dictadura en el país y en el resto de la región, conectándolas con las de otros contextos.

El ejemplo más popular de esa creatividad local que se proyecta a lo global es el pueblo de Kafranbel, en el noroeste de Idlib. El pequeño pueblo que resistió los ataques del régimen de Asad primero, de grupos extremistas con ISIS a la cabeza después, hasta caer a finales de 2018 de nuevo en manos del régimen, se convirtió en icono del proceso revolucionario con carteles y mensajes que enviaban un mensaje desde Siria al resto del mundo.

A la vez que representaban lo que se vivía en el país, los carteles expresaban solidaridad con las víctimas de sucesos tan diversos como el atentado de la maratón Boston o los de Bataclán en París, las masacres contra la población rohingya en Myanmar o los tiroteos en institutos en Estados Unidos. También con el movimiento “Black Lives Matter” y su “no puedo respirar” de 2014.

“No pretendemos comparar lo que ocurre aquí con lo que ocurre en otros lugares, como Estados Unidos”, subraya Asmar. “La destrucción y la impunidad que hemos sufrido y que seguimos sufriendo la población siria no se debe banalizar, pero para nosotros es importante no perder de vista lo que le ocurre al resto de la humanidad”.

كرامة

مجموعات للدراسات والذاكرة والتضامن مع شعب سوريا والشرق الأوسط والمغرب

من نحن؟
نحن مجموعة من النساء والرجال جمعنا خلال هذه السنوات الالتزام بشعوب الشرق الأوسط وبشكل خاص الشعب السوري. بعضنا منخرط مع الاتجاء الاشتراكي التحرري، وبعضنا الآخر هم من الملتزمين بهذه القضية المشتركة، إلتزام مستمر عكس التيار خلال ثمان سنوات ما أعطانا الفرصة لتوطيد أفكارنا وعلاقاتنا وتعميق معرفتنا ببعضنا وتوطيد صداقتنا. هذه المرحلة تركت فينا بصمتها، وغذتنا على المستوى المثالي والإنساني. وهذه القيم هي القاعدة الأساسية التي جعلتنا نعطي الحياة لهذا الاقتراح الجديد للبدء بالمبادرات
واللقاءات

ما الذي ألهمنا؟
نحن نستمد أفكارنا من التجارب الإنسانية للثورات التي ولدت عام 2011 .وخاصة في صياغاتها الأكثر تقدماً، والتي تمثلت في ميدان التحرير في مصر و في الثورة السورية، دون أن ننسى البدايات الثورية الأخرى في بلدان أخرى في المنطقة

يلهمنا أيضاً أن بعض الشخصيات والمجموعات تمكنوا من رؤية مبادئ وقيم هذه التجارب وبشكل خاص التيار الاشتراكي الإنساني

نحن ندعو للتضمان مع نضال الشعب السوري الذي استمر كل هذه السنوات ضد نظام الأسد الوحشي وحلفائه الدوليين

وندين الصمت الضمني للقوى الدولية في مواجهة معاناة الشعب السوري

وندين أيضاً التدخلات المباشرة وغير المباشرة في الصراع، ووجود قوات احتلال عسكري من روسيا وحزب الله وإيران، إلى القوات الأميركية والبريطانية والفرنسية دون أن ننسى تدخلات إسرائيل والدور الذي لعبته الأنظمة العربية كالسعودية وقطر، وهذا الوجود العسكري هو لضمان مصالحهم ومطامعهم على حساب الشعب السوري ومعاناته

نعتقد أن هذه الثورات كانت مثالاً استثنائياً للالتزام والنضال من أجل الحرية والعدالة ضد القمع. ونحن نؤمن بأن هذه الثورات أعطت مثالا غير مسبوق على الالتزام بالمبادئ وبالنضال من أجل الحرية والعدالة ومقاومة القمع، ولذلك نأخذ بعين الاعتبار بشكل جدي عدم الحساسية التي عاشتها الشريحة الكبرى من اليساريين الموجودين بمجالات معينة والذين اصطفوا مع النظام ودافعوا عن جرائمه بحجة مناهضة الامبريالية

إن التضامن مع الكفاح والمقاومة في سوريا لايعني أن هذه العملية كانت نفسها وبنفس الدرجة طول الوقت. نحن ندرك ونطالب قبل كل شيء بالتمييز بأن المرحلة الثورية الأولى للكفاح كانت من 2011 حتى 2012 .ونشير هنا إلى الديناميكية التصاعدية التي اتبعتها التنسيقيات المحلية في التعبئة، ونشاط المجالس قبل أن تضرب بهم الحرب ومن ثم تهزمهم. الثورة الشعبية التي طالبت بالحرية والعدالة والكرامة والتي أطلقت رسالتها السلمية كهدف لها وكطريقة للنضال الثوري

الثورة التي هزت التقاليد، والتي زرعت الوحدة والحرية والتضامن بين الناس المنتمين لأصول دينية وعرقية وجغرافية مختلفة، بين أشخاص من جميع الأديان والمذاهب كالمسلم (السني، والشيعي، والعلوي) والدرزي والمسيحي، ومن أصول عربية أو كردية أو آشورية أو أرمنية، أو… وسواء كان الشخص فلسطينياً أو سورياً…مع العلم أيضًا أن كل هذه الانتماءات العرقية والدينية نفسها تتحد مع بعضها من أجل تحقيق هدف الثورة

ثورة لعبت فيها النساء فيها دوراً فعالاً، إلى جانب الأبطال والأجيال الشابة في بدء الثورة

الثورة التي انتهت بالهزيمة بسبب الحرب والإرهاب والتعقيدات والتواطؤ الدولي، هي ثورة لم يتم إلحاق الهزيمة بها أو إلغاؤها في ضمير كثير من الناس الذين قاموا ببطولاتها ورافقوا مسيرتها

اقتراحاتنا

نحن نريد تعميق وتوسيع وتنظيم التزامنا بشكل أفضل. وعلى الرغم من أننا ندين حالة الشعب السوري في عهد الأسد ونطالب بالعدالة على الجرائم المرتكبة، ونطالب بالحرية للسجناء في سجون النظام، ونحارب من أجل التضامن مع كل أولئك الذين أُجبروا على النفي وترك منازلهم وبلدهم،… حين نفعل كل هذا، لا نريد أن ننسى الأسباب الإيجابية والأمثلة الاستثنائية للحرية التي كانت في قاعدة الثورة السورية. ولا نريد أن تقوم الحرب أو مأساة القمع أو النفي بإخفاء أو تضليل الإرث الإنساني والمبادئ السامية للأناس العاديين من شعوب ثورات عام 2011 .ونقترح الدفاع عن هذه التجارب والتعريف بها. ونحن عازمون على جعل من هذه التجارب ثقافة وبالتالي مصدراً قادرًا على إلهام خيارات للالتزام بالتحرر الإنساني في المستقبل

ما هي مجموعات الدراسة والذاكرة والتضامن؟

إنها تجمعات تهدف إلى خلق أنشطة تشتمل على التفكير والنقاش وتعزيز المبادرات العامة

نقترح معرفة الأحداث الثورية في سوريا والشرق الأوسط والمغرب العربي، سواء في تطوراتها المحددة أو بالمقارنة مع
التجارب التاريخية الأخرى ومحاولات التحرر الإنساني والاجتماعي. من هذه الدراسة نحاول التعرف على أكثر الدروس
العامة التي يمكننا استخلاصها لتخيّل التأكيد الكامل للإنسانية جمعاء على مكافحة جميع أشكال الاضطهاد التي تواجهها

نلتزم بالتعريف بمصادر وشهادات هذه الثورات من خلال نشاطات تنشر الوقائع وتدحض المعلومات الزائفة مما يسمح
لأولئك الذين لم يعرفوها بتكوين فكرة ويمكنهم، بمحض اختيارهم، رؤية أنفسهم في أبطال هذه الثورات والبدء بإدراك الواقع
الحالي والتفكير بآفاقه المستقبلية المحتملة

سيكون التضامن عبر عدة محاور. سنعد نشاطات توجيه ومبادرة متركزة على ثلاثة جوانب رئيسية: الواقع السوري، واقع
المنطقة، والتضامن المناهض للعنصرية

التضامن مع الشعب السوري. وهذا يعني اليوم كسر حاجز الصمت عن حقيقة الحرب والقمع والظلم الذي يعاني منه الناس
تحت حكم نظام الأسد وحلفائه. دعم مبادرات الزملاء وأفراد أُسر الأشخاص المحتجزين أو المختفين. التعريف بحقيقة
الجرائم التي ارتكبها النظام والمطالبة بالقصاص العادل من مرتكبي هذه الجرائم. نحن لا نقبل «سلام» نظام الأسد أو نستسلم
له. ولا يوجد أي احتمال للسلام والحرية في ظل نظام الأسد. بالنظر إلى المستقبل، نرى بأن أي حل للمعاناة الحالية لا يمكن
القبول به ولو بالحد الأدنى اذا لم يمر عبر قيم الحرية والعدالة والكرامة، والمبادئ التي تم إطلاقها عام 2011 والاعتراف
بجرائم النظام المجرم ومعاقبته

التضامن مع شعوب المنطقة. نحن نؤمن بأن تجربة ساحة التحرير في القاهرة و الثورة السورية في عام 2011 ،قدّموا
تغييراً في نمط التفكير لحركات التحرر ولباقي شعوب المنطقة. لقد قدّموا اختباراً استثنائياً للتنظيم الذاتي والوحدة والتضامن.
لقد شكلوا نموذجاً للمستقبل وبديلاً واضحاً بالنسبة للقوى والأحزاب التقليدية، سواء كانت علمانية أو دينية، وفي منطقها
السياسي العسكري، وممارساتها الاستبدادية و البيروقراطية والتي غالبا ما تكون فاسدة، وفي جميع الحالات، منفصلة
ومخالفة للمبادرة الحرة للشعوب. هذا الإرث الذي تركته ثورات عام 2011 سيرافق تضامننا مع آمال الحرية لجميع
الشعوب العربية والشرق أوسطية ضد الأنظمة القمعية في المنطقة. وفي هذا السياق تستحق معاناة الشعب الفلسطيني تحت
الاحتلال الصهيوني الإسرائيلي وقفة خاصة. هذه المعاناة ازدادت تعقيداً بسبب التردد وأحياناً التناقض الذي طبع ردة فعل
غالبية الشعب الفلسطيني، بل وتنظيماته السياسية أيضًا نحو ثورات 2011

التضامن مع الحرية والعدالة والكرامة للسكان والمجتمعات، وبالتالي، إدانة شديدة لمنطق جميع التشكيلات الإرهابية
وممارساتها. على وجه الخصوص، ما يسمى بالدولة الإسلامية في العراق والشام (داعش) ، هذا الوحش الرجعي الذي ساهم
نظامه الاستبدادي النازي الجديد، من بين أمور أخرى كثيرة، في خنق الثورة السورية بينما امتدت ممارساته الإجرامية في
عدة مناطق من العالم

التضامن مع جميع اللاجئين والمهاجرين بحثاً عن حياة أفضل، كأولئك الذين يفرون من مناطق تحت الحرب ويعانون من
القمع، وأولئك الذين تركوا بلدانهم لتحسين ظروفهم المعيشية. نطالب بحق الإنسانية، دون أي استثناء، في التحرك بحرية.
ونطالب بحق جميع الناس بإيواء كريم غير مشروط في المناطق التي يأتون إليها والعيش بكامل الحقوق في المناطق التي
يختارون الإقامة فيها. وهذا يعني بالتالي معارضتنا للعنصرية وكره الأجانب والإسلاموفوبيا ومعاداة السامية التي تنمو في
القارة الأوروبية

من نتوجه؟

للأشخاص المتعاطفين مع آمال ومعاناة شعب سوريا والمنطقة، الذين يريدون أن يجدوا عبر المجموعات مكاناً للقاءات والتأمل

للأشخاص، من داخل سوريا وخارجها، الذين يريدون أن يحيوا ذكرى النضال من أجل الحرية والعدالة والكرامة. للناشطين، أفراداً او مجموعات، في إسبانيا أو على الصعيد الدولي ممن عندهم نفس دوافعنا وإلتزاماتنا ويشتركون معنا بنفس الأهداف. للأشخاص والجماعات المهتمين بالتواصل و التنسيق بشأن بعض جوانب التضامن المشتركة مع شعوب سوريا والشرق الأوسط

كيف سنتشكل؟

تعقد المجموعات اجتماعات منتظمة على مستوى إسبانيا لتحديد الخطة العامة لنشاطها وفريق التنسيق الخاص بها

تعقد المجموعات اجتماعات منتظمة على المستوى المحلي، حيث يتم تخطيط أنشطة يتم فيها النقاش وتحديد مبادرات النشر الخاصة بذاكرة الثورة وحياتها، وكذلك المبادرات العامة للإدانة والتضامن التي ستروّج لها أو ستشارك فيها

جميع أنشطة وأدوات مجموعات الدراسة والذاكرة والتضامن هي من تمويل ذاتي